domingo, 1 de junio de 2008

Más tiburones en peligro debido a la sopa de aletas

Más tiburones en peligro debido a la sopa de aletas








Un informe presentado la semana pasada en la reunión del Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas celebrada en Bonn, Alemania, reveló que un total de 11 especies de tiburones pelágicos están hoy día amenazadas de extinción, subrayando la urgencia para que se establezca medidas responsables de protección para estos animales tan vulnerables. Oceana, la organización internacional dedicada a la protección de los océanos, exige a la Unión Europea el apoyo y la aprobación de un Plan de Acción sólido y basado en la ciencia para los tiburones.
Este año se añadirán otras siete especies de tiburones pelágicos, o habitantes del océano abierto, a la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), llegando el total a 21 especies de tiburones. Estas especies oceánicas han sido consideradas habitualmente especies migratorias muy poderosas, resistentes a las presiones de la pesca. Sin embargo, la pesca dirigida y la captura accidental amenazan en la actualidad a 11 de estas especies, incluyendo el marrajo, el tiburón zorro y el tiburón sedoso. Estos tiburones pelágicos se unen a las especies costeras y de alta mar ya conocidas por ser especialmente vulnerables a la sobreexplotación pesquera.
Los tiburones oceánicos, que habitualmente eran capturados de forma accidental por los barcos dedicados al atún y pez espada, son hoy en día perseguidos oficialmente y codiciados a gran escala debido a sus aletas. Las aletas se exportan a Asia para utilizarlas en la sopa de aleta de tiburón, un plato frecuentemente servido como manjar en bodas, comidas de negocios y otros eventos y celebraciones. Esta demanda frecuentemente lleva al aleteo de los tiburones, una práctica cruel y derrochadora en la que se cortan las aletas del tiburón vivo y el resto del cuerpo se lanza al mar para esperar una muerte segura. Con el corte de las aletas solamente se utiliza entre un 2 y un 5% del animal completo, y es ilegal en muchas partes del mundo.
El crecimiento de la clase media en China está incrementando la demanda de aletas de tiburón a niveles récord, y la Unión Europea es un importante exportador de aletas para estos mercados. En 2005, la Unión Europea exportó 2.273 toneladas de aletas al mercado de Hong Kong, uno de los mayores del mundo para este producto. España lidera la participación europea en Hong Kong, y los puertos de Vigo, en Galicia, y Las Palmas, en las Islas Canarias, son los centros europeos para el comercio de aletas.
Una de las principales especies capturadas por los barcos de la Unión Europea por sus aletas es el marrajo dientuso, que este año va a ser añadido a la Lista Roja de Especies Amenazadas. En 2006, España y Portugal capturaron más de 3.000 toneladas de esta especie. De hecho, de acuerdo con los análisis realizados por Oceana sobre estadísticas de pesquerías, los barcos de España y Portugal y de otros países europeos capturaron más de 10.000 toneladas de tiburones y rayas amenazadas. Otras especies que han sido objeto de pesca indiscriminada, incluyendo la tintorera, no se han incluido todavía en la Lista Roja pero han sufrido un grave declive en la última década.
“Claramente, esta situación debe ser rectificada”, declaró Rebecca Greenberg, coordinadora de la campaña de conservación de tiburones de Oceana en Europa. “Los tiburones, como principales depredadores, son una parte esencial de nuestros ecosistemas oceánicos, pero están desapareciendo a un ritmo alarmante. La mayor parte de las pesquerías de tiburones están mal gestionadas y poco limitadas, y esto amenaza gravemente a estos animales de crecimiento lento y baja fecundidad. Las naciones pesqueras deben aplicar de manera urgente límites a las capturas para salvaguardar el futuro de estas pesquerías y de los propios animales”.
Oceana ha vigilado muy de cerca el desarrollo del Plan de Acción de la Unión Europea para la Conservación y Gestión de Tiburones. En diciembre del año pasado, la Comisión Europea abrió un proceso de consulta con las partes interesadas en este documento, y Oceana remitió oficialmente sus comentarios, su postura y sus recomendaciones para suplementar las carencias de información y mejorar las medidas de conservación propuestas.

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